La situación de las ONG bajo un
régimen político autoritario
Luis Julián Salas Rodas
Sociólogo
Universidad Pontificia Bolivariana
Especialista y Magíster en Ciencias
Sociales
Universidad de Antioquia
Magíster en Ciencias de la Educación:
Opción Desarrollo Social
Universidad París XII
@LuisJulianSalas
Blogs en Google: Familia y otros;
Juntas Directivas ONG; ONG Gerencia social
Medellín – Colombia
Debemos al filósofo alemán Friedrich Hegel (1770 – 1831) la
teoría de la relación dialéctica entre el Estado y la sociedad civil. Para
Hegel el Estado representa el Espíritu y la Razón, el encuentro entre la
libertad individual y los requerimientos de la comunidad. El Estado es el
dominio de los intereses comunes mientras que la sociedad civil, en especial,
la familia de los intereses particulares, privados. La sociedad civil, según
Hegel, es un sistema de necesidades sustentado en la propiedad privada. La
sociedad civil está subordinada al Estado. Es de aclarar que el Estado que propone Hegel no es el Estado autoritario sino, como ya dijimos, el Estado donde priman el Espíritu y la Razón como bien supremo de la humanidad.
El profesor Lester Salamon, investigador, profesor y escritor
estadounidense de la universidad Johns Hopkins, quien dirigió el estudio: La
sociedad civil: las dimensiones del sector no lucrativo definen la sociedad
civil como: la parte organizada de la ciudadanía que, con objetivos comunes,
busca influir en la esfera pública. A través de sus organizaciones la
sociedad civil promueve intereses y valores, jugando un papel crucial en la
vida democrática. (Google). Para el profesor Salamon debe existir vínculos
y relaciones en tres esferas, a saber: El Estado, que representa el poder
político, la empresa privada que representa el poder económico y el sector
social, también llamado Tercer Sector, que representa el poder de la
solidaridad. Para entenderlo de una
manera mas simple e ilustrativa pensemos en tres círculos que se interceptan;
cada círculo representa un poder mientras que la intercesión es el espacio del
encuentro, de los vínculos, relaciones y alianza de los tres sectores. Es de
anotar que para el profesor Salamon el sector social es entendido como el
sector no lucrativo. Aunque él no habla de sociedad civil podemos asumir que la
suma de la empresa privada y el sector social configuran la sociedad civil. En
el Estado los funcionarios públicos solo pueden hacer lo que la ley les
permite, mientras que en la sociedad civil las personas pueden hacer todo
aquello que la ley no lo prohíbe. Esta diferencia es fundamental para
comprender los alcances y límites que las personas y las organizaciones tienen
al hacer parte de un Estado y una sociedad.
En los países de régimen político democrático el sector
social está conformado por numerosas organizaciones no gubernamentales y sin
ánimo de lucro constituidas por el derecho a la libertad de expresión y
libertad de asociación. La misión y el objeto social de estas organizaciones es
contribuir al desarrollo y bienestar de la población mediante el ofrecimiento,
apoyo, acompañamiento y fortalecimiento para una mejor inclusión y calidad de
vida.
Al hacer parte de un Estado democrático de derecho las
organizaciones del sector social respetan y acatan la ley. Esto significa que
se someten a la inspección, control y vigilancia por parte de funcionarios y
entidades autorizadas. Los incumplimientos legales y malas prácticas pueden
conllevar el cierre y la perdida de la personería jurídica. En un Estado
democrático las organizaciones sin ánimo de lucro, ESAL, pueden contratar la
ejecución de programas de las entidades gubernamentales contempladas en sus planes
de desarrollo. Pueden, también, realizar convenios de asociación con el Estado
y entes públicos territoriales, departamentos, distritos y municipios, para
aunar esfuerzos en la realización de proyectos de interés común. Participan,
además, en el diseño, formulación e implementación de políticas públicas, así
como de mesas de trabajo con el sector público. Al hacer parte de un Estado
democrático las ONG y las ESAL pueden acudir a los tribunales de justicia
cuando consideren que sus garantías e intereses están amenazados. En muchos
Estados su constitución política demanda de hacia ellas acciones de promoción y
protección. El sector social es la manifestación de la diversidad y pluralidad
de una sociedad. La democracia es, pues, el entorno más adecuado y habilitante
para la creación, crecimiento y desarrollo de las ONG y las ESAL.
En oposición a los Estados de régimen político democrático
están los Estados con un régimen político autoritario. Estos regímenes se
caracterizan por el recorte de los derechos y la libertad de los derechos
civiles de la población. Violan, no respetan los Derechos Humanos y la
separación de poderes. Imponen la censura a los medios de comunicación y a las redes sociales. Eliminan o restringen el pluralismo político, persiguen
y encarcelan a los dirigentes y activistas de la oposición. Prohíben o limitan
la movilización de ciudadanía en las calles, espacios públicos. Sus dirigentes
políticos tienden a perpetuarse en el poder mediante reformas constitucionales.
Tratan y logran imponer su voluntad e intereses sobre todo el conjunto de la
sociedad. Conciben y ejercen la autoridad de forma absoluta reprimiendo toda
expresión contraria a su ideología e intereses. Llenan las cárceles de presos políticos. En un Estado
autoritario hay abuso de autoridad, centralización del poder en un partido único,
suprime las libertades individuales y exige, mediante el miedo y la coerción
obediencia y sumisión en cuanto a sus decisiones. Ejemplo de países con un
régimen político autoritario: Cuba, Nicaragua, Venezuela, Rusia, Corea del
Norte, Turquía, El Salvador e Irán.
Como puede apreciarse es muy distinta la situación del sector
social y sus organizaciones entre un Estado democrático y un Estado
autoritario. Para este tipo de Estado el sector social es percibido como una
amenaza, una resistencia a su voluntad de regir y controlar la pluralidad y
todos los aspectos de la sociedad. De ahí que acuda al cierre y marchitamiento
del sector social y por ende de la sociedad civil. Un caso patético es el de
Nicaragua donde la dictadura de presidente Daniel Ortega y su esposa han
clausurado y confiscado los bienes de más de 5.500 ONG y ESAL, entre ellas la
Cruz Roja y las organizaciones dependientes de la iglesia católica y
comunidades religiosas. Y las organizaciones que aun quedan están obligadas a ejecutar solo los programas y proyectos que el gobierno les ordene, limitando así su iniciativa y propia gestión.
La deriva autoritaria es la denominación que los politólogos
han dado en llamar a la tendencia de un cambio profundo de ciertos Estados en
la gobernabilidad de sus sociedades. Valiéndose de instituciones democráticas
como las elecciones los políticos populistas acceden al poder para luego hacer
reformas e intervenciones de corte autoritario que restringen o suprimen leyes
e instituciones democráticas. La deriva autoritaria es una amenaza real para la
existencia de las ONG y las ESAL y en su conjunto el sector social. En un país
como Estados Unidos que se precia de ser paradigma de la democracia asistimos,
perplejos e indignados, a la deriva autoritaria del presidente Donal Trump cuya
política es imponer su ideario ultraconservador a estamentos tan importantes
como las universidades, así como la supresión de USAID la agencia de
cooperación internacional que ejecutaba programas económicos, sociales y
humanitarios en muchos países del mundo mediante convenios con otros Estados,
ONG Y ESAL.
Las decisiones más importantes que toma una sociedad son de
índole política. Si la sociedad se confunde y toma en las urnas decisiones equivocadas,
asume el riesgo y de ser gobernada por un presidente populista autoritario, que
hará todo lo necesario por perpetuarse en el poder. Ante este peligro real, la
sociedad civil de esos países debe de tomar conciencia, expresarse y
movilizarse, tanto presencial como en las redes sociales junto a las familias y
comunidades, para ofrecer resistencia a los intentos de restringir la
democracia y clausurar sus organizaciones.
La riqueza de la naturaleza reside en su biodiversidad. La
riqueza de una sociedad lo es en su sociodiversidad. Una sociedad con una
sociedad civil limitada y débil pierde su pluralidad, su diversidad,
empobreciendo la vida personal, social y comunitaria, donde cunde el miedo y la
desconfianza ante el Estado autoritario. Esperamos, abrigamos la esperanza que
el modelo de la deriva autoritaria no se extienda a más países democráticos por
el bien y futuro de sus poblaciones.
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